Tarzán y su incontinencia urinaria
Ni por asomo podíamos imaginarnos que un juego con un título que traducido vendría a llamarse "Tarzán: Guardían de la Tierra" es en realidad una broma de gran calibre.
El argumento es poco menos que increíble. Una tormenta estalla en el bosque. Los rayos caen sobre los árboles y se incendian. El héroe Tarzán, al que Chita recrimina que no llame a los bomberos, debe salvar la flora local con su micción, orinando, vamos.
Por supuesto, cada vez que se vacía apagando un árbol en llamas debe encontrar unas vasijas que le otorgan los líquidos necesarios.
En cuanto a los gráficos, sólo decirte que el escenario parece resultón, como los efectos sonoros, pero todo lo que tiene que ver con Tarzán es, por ser amables, nefasto. El muñeco se mueve de forma tan artificiosa que el mítico Abu Sim-Bel de Dinamic parece un dibujo de Pixar a su lado. Además, sube montañas sin ningún esfuerzo y, en general, interactúa con el entorno de forma inverosímil. En fin, que ni el pretexto humorístico consigue darle bríos a este juego.